Spread the love

Todos tenemos nuestro lugar en el mundo, aunque sea temporal. 

Como agente inmobiliario, a menudo podemos vivir experiencias a través de nuestros clientes.

Recuerdo que un amigo, quien en ese momento era mi cliente, me pidió ver algunas propiedades porque quería probar vivir en Vallarta dentro de un cierto rango de precios. Después de visitar algunas opciones, me habló de un edificio que le interesaba.

Le expliqué que estaba muy por encima de su presupuesto y por eso no se lo había ofrecido, pero él insistió en verlo. Así fue como llegamos a Horizon Residence. Desde el momento en que entramos, fue evidente que aquí es donde suele ocurrir la magia.

Al ingresar a una propiedad con una vista majestuosa, sin importar dónde se encuentre, especialmente si es hacia el mar, sucede algo mágico. Caminas hacia la vista y todo lo que te rodea se desvanece y pierde su significado.

 

De pie en ese lugar, me dijo que había comprado y vendido muchas propiedades, pero nunca había sentido lo que sentía en ese momento, y entendí que no era solo la vista. Sin conocerlo a fondo, había aprendido a leerlo.

No tengo muchos años en esta profesión, pero tengo muchos años en la vida, y en ese instante comprendí que se habían encontrado. No eran solo paredes, ventanas y puertas; era un deseo compartido de “quiero hacer de esto mi hogar” y “este podría ser tu nido”.

Después de algunos años de vida y de extensos viajes por el mundo, su vida también estaba formada por recuerdos de sus travesías, y todos esos recuerdos encontraron su lugar en su nuevo hogar.

En este espacio, halló el lugar ideal para sus más preciados recuerdos, y ella, la propiedad, encontró a alguien a quien acoger con gran cariño.

Conclusión:

Siempre busca y no te conformes con menos de lo que te haga vibrar. Aunque no sea tu hogar, sino solo una casa, te hablará de maneras que no imaginas.